domingo, 31 de enero de 2010

No era la gata de mi vecina...

 
El amor pudo con ellos. No pudieron esperar hasta la noche para su encuentro, y les descubrí. A la vez descubrí que no era la gata casada y con hijos de mi vecina la que flirtea hace noches con mi gato; no era ella. Sino que es esta otra, u otro quien sabe, quien se pasa las noches en vela junto a mi gato, haciéndose confidencias a la luz de la luna... Pero que bonito es el amor meu deus...

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